Pinturas, desinfectantes, ambientadores, aerosoles, ropa lavada al seco, computadoras, impresoras y hasta muebles. ¿Quién no tiene algún elemento de esta lista en casa?
Según la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, hay miles de productos de uso diario que son fuente de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), o en otras palabras, fuente de gases altamente tóxicos que estimulan la aparición de asma, alergias y mareos espontáneos.
Sin embargo, ciertas plantas caseras, muy sencillas de conseguir y de cuidar, pueden mejorar de forma sorprendente la calidad del aire que respiramos.
Una planta como la bromelia, por ejemplo, muy común en toda América Latina, puede limpiar hasta un 80 por ciento de seis químicos distintos en un espacio reducido.
El género de las Dracaena incluye al menos 40 variedades de arbustos. Aunque la mayoría son originales de África, su uso está extendido en Latinoamérica. Esta planta demostró la increíble propiedad de limpiar el aire de los restos de acetona hasta en un 94 por ciento y en menos de 12 horas.
Araña (Chlorophytum comosum). Cultivada en interiores, esta planta necesita luz media, pues en sombra pueden llegar a perder la banda blanca que la caracteriza. Desde el primer minuto en que son colocadas en un espacio altamente contaminado, los niveles de contaminación comienzan a descender.
Espatifilo (Spathiphyllum sp.). Crece en temperaturas superiores a los 18ºC. Se recomienda mantenerla lejos de las corrientes de aire. Son plantas longevas. Su flor, en realidad, es una hoja que envuelve a las semillas.
Lengua de suegra (Sansevieria trifasciata). Si se cultiva en exteriores puede aguantar temperaturas muy altas (incluso de 40ºC) y también muy bajas (-5ºC). Esta planta es muy utilizada en la decoración de interiores y tiene la ventaja de sobrevivir incluso con cuidados y atención mínima.
Potus (Epipremnum aureum). Se adapta fácilmente a temperaturas de entre 17º y 30ºC. Solo hay que regarla cuando notamos que la tierra está seca. Su resistencia la hace la favorita de oficinas y centros comerciales.
FUENTE: EL COMERCIO