Las palmeras de interior producidas en Canarias y distribuidas a gran parte de la UE, están siendo cada vez más, protagonistas exóticas de muchos hogares en Europa, la areca, chamaedorea, o, por supuesto, uno de los best sellers, la kentia (Howea forsteriana), son las demandadas.
Uno de los secretos del éxito de las kentias es sus fáciles cuidados pues no son excesivamente exigentes respecto a la luz ni tampoco a la humedad ambiental. Howea forsteriana, debe su nombre a su origen, la isla australiana de Lord Howe, y en plena naturaleza vive al cobijo de la sombra de grandes árboles. Así que, como decíamos al inicio del reportaje, puedes situarla en semisombra e incluso puede tolerar estar en zonas de poca luz, mientras que cuando es joven nunca hay que ponerla a pleno sol pues puedes quemar sus lindas hojas.
De hecho, para comprobar si has elegido un sitio correcto para ella fíjate en su color o comportamiento: cuando las hojas pasan a tener un color verde pálido a amarillo significa que está recibiendo excesiva luz pero, por el contrario, si está en una ubicación demasiado oscura, la kentia se desarrollará con pocos brotes nuevos y apenas crecerá. Es el momento de reubicarlas a un lugar óptimo para ella. Por ejemplo, asegúrate también de que tu planta esté protegida de las corrientes de aire y alejada de fuentes de calor.
En la época calurosa, deja la regadera a mano porque necesitarás emplearla dos veces por semana. Emplea agua no calcárea, como la de lluvia. Y en invierno espacia bastante la frecuencia de riego, es probable que necesites hacerlo tan solo dos veces al mes. Mientras que la tierra debe secarse ligeramente entre los riegos en las estaciones menos frías, en invierno sí debe secarse por completo.
Debes saber asimismo que está acostumbrada a los climas templados, así, el rango de temperaturas en las que se siente más cómoda se sitúa entre los 16º y los 24° C, si bien puede soportar frío de forma puntual.
La kentia va a pedir principalmente un suelo que facilite el drenaje, puede ser un sustrato arenoso, por ejemplo, al que añadas unos guijarros o bolas de arcilla en el fondo que eviten encharcamientos. De hecho, si seleccionas un sustrato específico para todo tipo de plantas verdes y palmeras, este ya permite una perfecta aireación.
Aparte, no está de más añadir abono de liberación lenta en primavera y verano, con tal de favorecer el crecimiento.
Ya hemos comentado que de las palmeras de interior es una de las más seleccionadas y un motivo de peso para ello es que resulte tan fácil de mantener. Por supuesto, no requiere poda, simplemente retira las hojas secas para estimular su crecimiento y corta los extremos dañados de las hojas empleando siempre una tijera desinfectada.