Una buena alternativa, para lograr estancias frescas y con acentos intensos de verde, es colocar plantas en más de un espacio de la casa. Su incorporación da vitalidad y crea una sensación acogedora en los espacios, además, su conexión con el universo natural la convierte en una opción que no pierde vigencia.
Para elegir las plantas perfectas, es necesario tener en cuenta «que en ambientes interiores la principal condicionante es la luz, por ello debes descartar todas las que requieren sol directo», resalta el arquitecto paisajista Rafael Alvarado. Entre las más comunes en interiores se encuentran las palmeras raphis, el bambú y las distintas variedades de philodendrons, que pueden decorar cualquier ambiente de techos altos.
«Solo requieren de riego una vez por semana en verano y cada 15 días en invierno», indica la paisajista Alexandra Patow.
Las de sombra, como las crasas y suculentas, son otra opción. Destacan las echeverias o graptopetalum que crecen en forma de roseta. Su riego es mínimo: dos veces al día en verano y solo una en invierno. Puedes cultivarlas en pequeñas macetas y ubicarlas en un aparador, una mesa de centro o en un estante para darle un toque natural al espacio.
Combínalas con armonía
Una forma de integrarlas en un rincón de la sala es agrupándolas. Elígelas en función a sus requerimientos, ya sea por tener las mismas necesidades de agua o exposición solar, de modo que sus cuidados sean en conjunto. Una opción es la calathea, la aglaonema y el singonio, ya que todas demandan humedad alta, luz indirecta y un suelo rico en materia orgánica.
También puedes armar una composición con macetas de diferentes tamaños. Por ejemplo, mezcla una strelitzia gigante en una gran maceta y philodendron en recipientes de menor tamaño. Incluso las plantas altas (sanseveria o zamioculca) pueden ser separadores de ambiente si las colocas en macetas de 1 m o 1,20 m de altura.
FUENTE: EL COMERCIO