La formación e información es importantísima para que nuestras palmeras sigan adelante

Más de 100 palmeras muertas en un año en un solo municipio en una isla de Canarias. La formación e información es importantísima para que nuestras palmeras sigan adelante…

El grupo ecologista La Vinca asegura que en poco más de un año han muerto en el municipio de Arucas más de un centenar de palmeras tras haber sido trasplantadas con la excusa de una obra. «Qué pena que se hagan tan mal los trasplantes en Arucas, que prácticamente la totalidad de las palmeras canarias que se trasplantan acaban muriendo». Este lamento responde a la muerte de un nuevo ejemplar de palmera en el municipio norteño. En este caso se trata de una palmera canaria que había nacido hace mucho años de manera natural en el barranco donde se sitúa el Polideportivo Municipal de Arucas, en la zona de Barreto. El ejemplar fue movido 50 metros el pasado mes de febrero para formar parte de un nuevo emplazamiento diseñado por el Ayuntamiento. A fecha de hoy, los ecologistas ya la dan por muerta.

La mayoría de las palmeras trasplantadas mueren tras haber sido arrancadas supuestamente por empresas no especializadas, originándose en el proceso la mayoría de las raíces y cepellones, a lo que suma la falta de riego posterior.

Mario Marrero, miembro de La Vinca Ecologistas en Acción, señala que esta última palmera «no era necesario trasplantarla, había crecido de manera natural en el barranco y no causaba problemas». En todo caso, «hay maneras buenas de hacerlo», y como muestra apunta que «la mayoría de los hoteles de las islas plantan palmeras en sus hoteles y no mueren». La clave del problema quizás sean las empresas contratadas por las administraciones públicas para llevar a cabo los trasplantes. La Vinca Ecologistas en Acción calcula que solo en Arucas han muerto en poco más de un año más de cien palmeras canarias e híbridas tras haber sido trasplantadas debido a obras en la carretera de acceso al municipio.

«Estamos ya cansados de hablar con el Ayuntamiento de Arucas», dice Marrero. Pero no se trata en problema solo de Arucas. «Es recurrente el trasplante y muerte de palmeras en toda la isla». Tanto es así que afirma este miembro activo del colectivo ecologista que «en año y medio, dos años, ha crecido el sentimiento de odio a seres vivos como son los árboles en todos los ayuntamientos». Y enumera el pino centenario que quedó dañado en Mogán para dar paso a un aparcamiento, las palmeras que han caído en Arucas a raíz de varias obras de carreteras, o «el odio que parece que le tienen en Guía a la vegetación», algo que se puede trasladar a la capital, donde la inmensa mayoría de los parques infantiles y plazas carece de zona arbolada y sombra natural.

«Los árboles dan trabajo, hay que mantenerlos, regarlos, podarlos bien…» y la gestión municipal de parques y jardines suelen llevarla empresas privadas. «Es lícito que las empresas quieran beneficios, pero en el pliego de condiciones debería quedar claro qué gestión se quiere».

FUENTE: AGROISLAS