Ya ha llegado una de las épocas más esperadas del año, el verano, sí, pero, a la vez, una de las más “temidas” para todos los que amamos las plantas. El sol, el calor y -sobre todo- el hecho de “abandonar” las plantas durante el periodo vacacional suele ser un quebradero de cabeza. Para evitarlo, podemos realizar las siguientes cosas:
1.- Riega en el momento oportuno: en primer lugar, ten en cuenta que en verano es importante realizar riegos profundos para que el agua alcance las raíces. Por ello, hay que regar lentamente para ofrecer a las plantas lo que necesitan, sin llegar a encharcar el sustrato. El momento del riego es también importante: o bien a primera hora de la mañana, o bien al caer la noche. Regar en las horas de calor puede dañar a las plantas, por el efecto “lupa” que las gotas ejercen sobre los rayos del sol, además de suponer un derroche, ya que las altas temperaturas hacen que el agua se evapore rápidamente. Aunque no todas las especies lo toleran, en muchas de nuestras plantas es conveniente pulverizar agua para mantenerlas frescas.
2- Ojo con las plagas. El verano es la época de mayor riesgo en este sentido. Hay que prestar especial atención a todas las partes de las plantas para comprobar que ninguna enfermedad les está atacando. Puesto que muchas plantas se encuentran en época de floración en verano, la aportación de nutrientes es fundamental para evitar enfermedades y plagas. Hay que aplicar más abonos y fertilizante que el resto del año.
3- El poder de las piedras. Un método sencillo y muy práctico: coloca pequeñas piedras sobre el sustrato para que este retenga la humedad. Esta “manta” evita que el calor llegue a las raíces.
4- Riega y “limpia”: fundamental cuando nos marchamos de viaje. Justo antes de partir hacia tu destino dedica unos minutos a regar todas las plantas de casa y a eliminar todo lo que sobra: ramas y hojas secas. Evitas así que la planta destine humedad y nutrientes a las hojas y flores marchitas.
5- Trasplanta: si tienes plantas en macetas de barro, este puede transpirar la humedad de la tierra con gran rapidez y acabar secando el sustrato. En verano, apuesta por el plástico. Trasplanta o bien introduce las macetas de barro en vasijas plásticas más grandes, rellenando los huecos con sustrato.
6- Aprovecha para renovar: ¿quieres darle un aire nuevo a tu hogar o a tu jardín? Si en verano apuestas por un cambio, aprovecha para escoger las especies que mejor toleran las altas temperaturas. Las vicarias se pueden plantar directamente en el suelo de tu jardín, no requieren de sustratos especiales y aguantan bien el calor. Los agaves son plantas perfectas para ornamentación exterior, al resistir el sol directo y la falta de agua. Las crotón -plantas del género Codiaeum- no se quejarán si te marchas de vacaciones y pasan unos días sin agua: resistirán perfectamente al verano.
7- El lugar perfecto. ¿Has escogido una playa paradisíaca para tomar el sol este verano? Es un buen plan para ti, sí, pero no para tus plantas: ¡aléjalas del sol! Necesitamos que las plantas aguanten húmedas el mayor tiempo posible, así que lo ideal es dejarlas en una habitación en la que -aunque entre algo de luz- los rayos del sol no lleguen a tocarlas. También es una buena idea dejar algunos recipientes con agua en la habitación. Al evaporarse, se humedecerá el ambiente, y tus plantas lo agradecerán.
8- Tu invernadero casero. Un truco sencillo y efectivo: coloca todas las plantas juntas, y cerca de ellas uno (o más) barreños con agua. Tápalo todo con un plástico, que previamente habrás agujereado (para que las plantas respiren y la condensación excesiva no les afecte). Es una forma sencilla de mantener la humedad necesaria para nuestras plantas. Ten cuidado, eso sí, con el suelo: cúbrelo para evitar que la condensación del agua lo estropee.
9- A la bañera. Sí, otro lugar habitual y beneficioso es el baño: las plantas que tengas en macetas de terracota se pueden colocar sobre unos pedazos de ladrillo o sencillamente en platos vueltos dentro de la bañera, con algo de agua (no hacen falta más de 5 centímetros de agua). El ladrillo y las macetas absorberán el líquido para aportar humedad a tus plantas.
10- El truco del “cordón”. Una última idea, muy eficaz. Sólo necesitas un cordón (por ejemplo de unas zapatillas). Coloca un extremo en un recipiente con agua, y el otro dentro de la tierra de tu planta. El cordón irá absorbiendo la humedad del recipiente, llevándola a la maceta.
FUENTE: flors & GO!